"No tenemos ningún interés en sancionar más" aseguró, a finales de febrero, María Seguí en la presentación de su nueva estrategia sobre el control de la velocidad. La ha articulado sobre cuatro patas: fijar un mismo margen de tolerancia para todos los radares, lograr que los aparatos discriminen entre vehículos, acabar con los radares móviles ocultos y, por último, crear un mapa con 1.200 tramos de carreteras secundarias especialmente peligrosos y en los que se intensificará la vigilancia.
Estas novedades hacen más transparente la actuación de Tráfico, pero que se multe menos dependerá de que el mensaje cale y los conductores levanten el pie del acelerador.
¿Cómo se aplicará el nuevo margen de tolerancia de los radares?
Se trata de hacer que los límites de velocidad sean creíbles, evitando que en una provincia ese margen sea muy grande y en otra, muy pequeño. La regla, denominada 'tolerancia 7", es sencilla. Cuando el límite es inferior a 100, para saber la velocidad a la que será sancionado, sume 8 km/h (el margen es de siete). Es decir, si va 38, 58 o 98 km/h cuando el tope es de 30, 50 o 90 km/h, respectivamente, ya tendrá multa. Por encima de los 100 km/h, el margen es del 7%. Por ejemplo, en un tramo de 120, el radar se activará a 131 km/h ya que si a esta última cifra le resta el 7% salen 121 km/h, uno por encima del límite. Este margen no se aplicará a las sanciones de los helicópteros Pegasus.
Cesar Galera / Expansion
¿Qué quiere decir que los radares pueden discriminar?
Desde el pasado 1 de marzo, y siempre que técnicamente sea posible, el aparato 'sabe' si el vehículo que está controlando es un coche, moto, furgoneta o camión. Y esto, ¿para qué? Pues porque los dos últimos tipos de vehículos tienen unos límites más restrictivos y hasta ahora solo eran multados si rebasaban los fijados para un turismo o moto. Por ejemplo, donde no deberían pasar de 100 km/h, podían ir a 120 km/h.
Los móviles, ¿además de visibles, estarán anunciados?
Es de agradecer que se acaben esas sanciones, casi a traición, impuestas por móviles parapetados, escondidos o que simulan una avería para cazar a más infractores. Desde ayer, tienen que ser visibles para los conductores, pero no se avisará de su presencia ni llevarán ningún distintivo cuando estén patrullando. Se trata de aparatos embarcados en coches -camuflados u oficiales- o que funcionan sobre trípode, ya que de los fijos, desde hace años su ubicación es conocida y pública.
¿Dónde estarán los tramos de especial vigilancia?
La selección es un trabajo conjunto de la DGT y de los responsables de las distintas carreteras, pero básicamente se trata de trayectos especialmente peligrosos porque se corra en exceso, haya muchos accidentes o ambas cosas. Ya se ha elaborado en siete provincias, (Ávila, Segovia, Burgos, Valladolid, Cádiz, Asturias y León) y el objetivo es que esté completo antes del verano. Pero todavía no se ha decidido si se empieza con esa información parcial, o se espera a que esté toda. Luego, la idea es que se vaya renovando de forma mensual. La DGT se dará un año de plazo para que el organismo evalúe los resultados de esta estrategia y decidir si la mantiene.
¿Dónde se consultan los tramos?
La lista estará en la página web de Tráfico (www.dgt.es), que ya permite consultar los radares fijos. La idea es que se renueve de forma mensual. Por lo tanto, se podrá introducir en las bases de datos del navegador o de un avisador de radar. Pero ojo, detectores e inhibidores siguen siendo ilegales.
¿Solo se multará en esos trayectos considerados más peligrosos?
No. Se seguirá sancionando en todas partes y vías. Donde hay radares fijos (y la caja tiene el aparato, porque van rotando entre ellas) y donde haya uno móvil patrullando o estático. Y esto no tiene que pasar necesariamente y siempre en esos tramos seleccionados, donde sí que se «intensificará la vigilancia a través de controles de corta duración para que se puedan cubrir varios emplazamientos". Por ejemplo, si el tramo en cuestión tiene varios kilómetros, la idea es que los agentes se ubiquen en el mismo día en distintas ubicaciones.
¿Hay cambios en las sanciones?
No, se mantienen como hasta ahora. Una multa por velocidad es falta grave o muy grave, la sanción oscila entre 100 y 600 euros, con o sin retirada de puntos, y los excesos más graves son delitos. Pero se intentará que los conductores, a los que se entregue la denuncia en mano, pasen controles de alcohol, drogas y se revise que el coche tiene seguro e ITV en vigor. Estos dos aspectos se controlarán cuando la denuncia sea automatizada. Además, Tráfico está trabajando para definir el concepto de infractor reincidente por velocidad y cómo tratarle: con sanciones añadidas, cursos de formación, etc.
¿Dónde se aplicará la estrategia?
En toda España, menos en Cataluña y País Vasco, con las competencias transferidas, salvo que quisieran sumarse. Y tampoco afecta a las vías urbanas, que son responsabilidad de los ayuntamientos.
¿Habrá más radares?
No. El objetivo es mantener invariable su número , así que los 30 de tramo nuevos previstos para este año, y que se colocarán casi todos en vías secundarias, obligarán a quitarlos de otro lugar.
Fuente: elmundo.es